OREALC/UNESCO Santiago
La calidad de la educación es una
aspiración constante de los sistemas educativos compartida por el conjunto de
la sociedad, y uno de los principales objetivos de las reformas educativas de
los países de la región. Podría decirse que ningún país está contento con la
calidad de su educación, lo cual es lógico, porque a medida que se van logrando
ciertas metas se aspira a más, y porque las exigencias en materia del
conocimiento van variando debido a los cambios sociales, científicos,
tecnológicos y del mundo productivo.
La calidad de la educación no es un
concepto neutro; su valoración está determinada por factores ideológicos y
políticos, los sentidos que se le asignan a la educación, las diferentes
concepciones sobre el desarrollo humano y el aprendizaje, y por los valores
predominantes en una determinada cultura. Estos factores son dinámicos y
cambiantes por lo que la definición de una educación de calidad también varía
en diferentes períodos, de una sociedad a otra y de unos grupos o individuos a otros
(UNESCO/OREALC 2007).
En los países de América Latina, al igual
que en otras partes del mundo, la calidad de la educación está muy asociada a
eficiencia y eficacia, valorando aspectos como la cobertura, los niveles de conclusión
de estudios, la deserción, repetición y los resultados de aprendizaje de los
estudiantes, especialmente en lenguaje y matemática. La educación es un proyecto cultural que se
sustenta una serie de concepciones y de valores respecto al tipo de sociedad
que se quiere construir y del ideal de persona que se quiere desarrollar.
La Oficina Regional de Educación de la
UNESCO para América Latina y el Caribe ha establecido cinco dimensiones para
definir una educación de calidad, desde la perspectiva de un enfoque de derechos.
Estas dimensiones son relevancia, pertinencia, equidad, eficacia y eficiencia,
y están estrechamente relacionadas, al punto que la ausencia de alguna de ellas
determinaría una concepción equivocada de lo que cabría entender por una
educación de calidad (UNESCO/OREALC 2007). Estas dimensiones fueron adoptadas
por los ministros de educación de América Latina y el Caribe, en la Declaración
de la II reunión intergubernamental del Proyecto Regional de Educación para
América Latina y el Caribe, Buenos Aires, 29 y 30 de marzo de 2007:
- Relevancia está relacionada con los sentidos de la educación, sus finalidades y contenido, y con el grado en que ésta satisface efectivamente las necesidades, aspiraciones e intereses del conjunto de la sociedad y no solamente de los grupos con mayor poder dentro de la misma. Desde la perspectiva del derecho internacional, a la educación se le atribuyen cuatro finalidades fundamentales1: lograr el pleno desarrollo de la personalidad y de la dignidad humana, fomentar el respeto de los derechos y libertades fundamentales, fomentar la participación en una sociedad libre, y fomentar la comprensión, la tolerancia y las relaciones entre todas las naciones, grupos religiosos o raciales, y el mantenimiento de la paz. La selección de los aprendizajes más relevantes adquiere especial significación en la actual sociedad del conocimiento, donde los contenidos se duplican a gran velocidad y muchos pierden vigencia rápidamente. La sobrecarga de los currículos actuales atenta contra la calidad de la educación, por ello es necesario seleccionar cuáles son los aprendizajes más relevantes que han de formar parte de la educación escolar. Los cuatro pilares del aprendizaje para el siglo XXI, del informe Delors, –aprender a conocer, a hacer, a ser y a vivir juntos– constituyen una referencia indispensable para establecer cuáles deben ser los aprendizajes básicos y más relevantes en la educación.
- La pertinencia de la educación nos remite a la necesidad de que ésta sea significativa para personas de distintos contextos sociales y culturales, y con diferentes capacidades e intereses, de tal forma que puedan apropiarse de los contenidos de la cultura, mundial y local, y construirse como sujetos en la sociedad, desarrollando su autonomía, autogobierno, su libertad y su propia identidad. Para que haya pertinencia la oferta educativa, el currículo y los métodos de enseñanza tienen que ser flexibles para adaptarse a las necesidades y características de los estudiantes y de los diversos contextos sociales y culturales. Esto exige transitar desde una pedagogía de la homogeneidad hacia una pedagogía de la diversidad, aprovechando ésta como una oportunidad para enriquecer los procesos de enseñanza y aprendizaje, y optimizar el desarrollo personal y social.
- Equidad: Una educación es de calidad cuando logra la democratización en el acceso y la apropiación del conocimiento, es decir, cuando cualquier persona tiene la posibilidad de recibir las ayudas y el apoyo necesario para aprender a niveles de excelencia, y cuando los resultados de aprendizaje no reproducen las desigualdades de origen de los estudiantes ni condicionan sus opciones de futuro. Desde la perspectiva de la equidad, es preciso equilibrar los principios de igualdad y diferenciación, proporcionando a cada persona las ayudas y recursos que necesita para que esté en igualdad de condiciones de aprovechar las oportunidades educativas. Asegurar la igualdad de oportunidades en el acceso al conocimiento requiere la provisión de instituciones y programas educativos suficientes y accesibles para todos, tanto desde el punto de vista físico como económico. También es necesario asegurar la igualdad de oportunidades en los insumos y procesos educativos, a través de un trato diferenciado, que no sea discriminatorio o excluyente, en lo que se refiere a los recursos financieros, materiales, humanos, tecnológicos, y pedagógicos con el fin de alcanzar resultados de aprendizaje equiparables.
- La eficacia y eficiencia son dos atributos básicos de la educación de calidad para todos que han de representar las preocupaciones centrales de la acción pública en el terreno de la educación. Eficacia implica analizar en qué medida se logran o no garantizar, en términos de metas, los principios de equidad, relevancia y pertinencia de la educación, mientras que la Eficiencia se refiere a cómo la acción pública asigna a la educación los recursos necesarios y si los distribuye y utiliza de manera adecuada.
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